El metal duro es un material metalúrgico en polvo que está formado por:

  • Partículas duras de WC (carburo de tungsteno)
  • Un metal aglutinante, cobalto (Co)
  • Partículas duras de Ti, Ta, Nb (carburos de titanio, tantalio, niobio)

Una calidad representa la dureza o tenacidad de la plaquita y está determinada por la mezcla de ingredientes que forman el sustrato.

Microestructura del Metal Duro

El metal duro está formado por partículas duras (carburos) en una matriz aglutinante.
El aglutinante suele ser en casi todos los casos cobalto (Co), pero también puede ser níquel (Ni). Las partículas duras están formadas principalmente por carburo de tungsteno (WC) con la posible adición de una fase gama (nitruros y carburos de Ti, Ta, Nb).
Fase gama (TiC)
La fase gama tiene mejor resistencia al calor y es menos reactiva a alta tempera- tura, por ello se suele utilizar en calidades donde la temperatura de corte puede
ser alta. El WC tiene mejor resistencia al desgaste por abrasión.

Características fundamentales del Metal Duro

Además del tamaño del grano de WC, la cantidad de fase aglutinante (cobalto) es un factor importante para determinar las características del carburo.

Un incremento de contenido en Co y del tamaño del grano de WC incrementa la tenacidad en el núcleo, pero también reduce la dureza. Como resultado, el sustrato tendrá menos resistencia a la de- formación plástica y esto implica menos resistencia al desgaste/menor vida útil práctica de la herramienta.

Fabricación de metal duro

La fabricación de plaquitas de metal duro es un proceso diseñado cuidadosamente en donde se equilibran geometría y calidad para ofrecer un producto que se ajuste perfectamente a la aplicación.

Proceso de pulverización

Dos son los elementos principales de una plaquita de metal duro:

– WC = carburo de tungsteno
– Co = cobalto

Otros elementos de uso habitual son los carburos de titanio, tantalio y niobio. El diseño de distintos tipos de pulverización y diferentes porcentajes de cada elemento es lo que diferencia las calidades.
El polvo se tritura y deshidrata por aspersión, se tamiza y se vierte en contenedores.

Polvo de tungsteno

Tamaño de los granos de carburo de tungsteno

La principal materia prima para la fabricación de metal duro es el concentrado
de mineral de tungsteno. El polvo de tungsteno se produce a partir de óxido túngstico derivado químicamente de la materia prima. Modificando las condiciones de reducción es posible preparar polvo de tungsteno con distinto tamaño de grano. El granulado de carburo después del secado por evaporación es de tamaño reducido y varía en tamaño según la calidad.

Propiedades básicas del metal duro

Además del tamaño de grano de WC, la cantidad de fase aglutinante es un factor importante para determinar las características del carburo. Un incremento en el contenido de Co y en el tamaño del grano de WC incrementa la tenacidad, pero también reduce la dureza y con ella la resistencia al desgaste del sustrato.

Prensado de polvo compactado

La operación de prensado cuenta con varias herramientas:
– Embutidores superior e inferior
– Espiga central
– Cavidad

Procedimiento de prensado

– Se vierte el polvo en la cavidad
– Los embutidores superior e inferior se unen (20-50 toneladas)
– Un robot recoge la plaquita y la deposita sobre una bandeja de granito
– Se realiza un control SPC aleatorio, para comprobar el peso

La plaquita presenta en esta fase una porosidad del 50%

Sinterizado de las plaquitas prensadas

El sinterizado consta de las siguientes fases:

– Carga de las bandejas de plaquitas en un horno de sinterizado
– La temperatura se eleva hasta ~1400 °C
– Este proceso funde el cobalto que actúa como aglutinante
– La plaquita se contrae un 18% en todas las direcciones durante la fase de sinterizado, lo que supone una reducción de volumen del 50%

La introducción del control numérico computarizado (CNC) ha ampliado exponencialmente las aplicaciones de las máquinas industriales mediante la automatización programable de la producción y el logro de movimientos imposibles de efectuar manualmente, como círculos, líneas diagonales y otras figuras más complicadas que posibilitan la fabricación de piezas con perfiles sumamente complejos. Esto también se traduce en la optimización de muchas variables esenciales de todo proceso de manufactura: productividad, precisión, seguridad, rapidez, repetitividad, flexibilidad y reducción de desechos.

La multiplicidad de fresadoras que existen hoy en día se ha expandido cómodamente hacia la proliferación de sus pares equipadas con CNC. De hecho, también existen kits especiales para transformar las viejas fresadoras en una fresadora CNC.

Básicamente, las fresadoras CNC son muy similares a las convencionales y poseen las mismas partes móviles, es decir, la mesa, el cabezal de corte, el husillo y los carros de desplazamiento lateral y transversal. Sin embargo, no presentan palancas ni manivelas para accionar estas partes móviles, sino una pantalla inserta en un panel repleto de controles y una caja metálica donde se alojan los componentes eléctricos y electrónicos que regulan el funcionamiento de motores destinados a efectuar el mismo trabajo que hacían las palancas y manivelas de las viejas máquinas. Entre estos componentes se encuentra el CNC, que es una computadora principalmente responsable de los movimientos de la fresadora a través del correspondiente software. La combinación de electrónica y motores o servomotores de accionamiento es capaz de lograr todas las operaciones de fresado posibles.

Para comprender el control de movimientos que ejerce el CNC, vamos a repasar brevemente cómo funciona una fresadora convencional.

La figura esquematiza una fresadora típica. En este tipo de máquinas, las manivelas accionan las partes móviles en forma manual para que la herramienta de corte (fresa) se desplace linealmente en por lo menos tres ejes, que reciben el nombre de ejes principales:

Eje X: horizontal y paralelo a la superficie de sujeción de la pieza. Se asocia con el movimiento en el plano horizontal longitudinal de la mesa de fresado.

Eje Y: forma un triedro de sentido directo con los ejes X y Z. Se asocia con el movimiento en  el plano horizontal transversal de la mesa de fresado.

Eje Z: donde va montada la fresa, es el que posee la potencia de corte y puede adoptar distintas posiciones según las posibilidades del cabezal. Se asocia con el desplazamiento vertical  del cabezal de la máquina.

Si la fresadora dispone de una mesa fija, estos tres desplazamientos son ejecutados por el cabezal.

Ahora bien, es claro que el fresado de piezas más complejas requerirá un mayor número de ejes cuya trayectoria no sea únicamente lineal, sino también rotatoria. En este punto es donde el concepto de CNC entra en juego, dando origen a una multiplicidad de ejes complementarios controlados de forma independiente y determinados por el movimiento de mesas giratorias y/o cabezales orientables. Esto origina una diversidad de modelos de máquinas que posibilitan el mecanizado de la pieza por diferentes planos y ángulos de aproximación.

En la siguiente figura vemos un ejemplo de fresadora CNC con sus componentes básicos y ejes principales (X, Y, Z) y complementarios (B, W).

1 – Columna
2 – Pieza de trabajo
3 – Mesa de fresado, con desplazamiento en los ejes X e Y
4 – Fresa
5 – Cabezal de corte que incluye el motor del husillo
6 – Panel de control CNC
7 – Mangueras para líquido refrigerante
X, Y, Z – Ejes principales de desplazamiento
B – Eje complementario de desplazamiento giratorio del cabezal de corte
W – Eje complementario de desplazamiento longitudinal del cabezal de corte

La función primordial del CNC es la de controlar los desplazamientos de la mesa, los carros transversales y longitudinales y/o el husillo a lo largo de sus respectivos ejes mediante datos numéricos. Sin embargo, esto no es todo, porque el control de estos desplazamientos para lograr el resultado final deseado requiere el perfecto ajuste y la correcta sincronización entre distintos dispositivos y sistemas que forman parte de todo proceso CNC. Estos incluyen los ejes principales y complementarios, el sistema de transmisión, los sistemas de sujeción de la pieza y los cambiadores de herramientas, cada uno de los cuales presenta sus modalidades y variables que también deben estipularse adecuadamente.

Este riguroso control lo efectúa un software que se suministra con la fresadora y que está basado en alguno de los lenguajes de programación numérica CNC, como ISO, HEIDENHAIN, Fagor, Fanuc, SINUMERIK y Siemens. Este software contiene números, letras y otros símbolos -por ejemplo, los códigos G y M– que se codifican en un formato apropiado para definir un programa de instrucciones capaz de desarrollar una tarea concreta. Los códigos G son funciones de movimiento de la máquina (movimientos rápidos, avances, avances radiales, pausas, ciclos), mientras que los códigos M son las funciones misceláneas que se requieren para el maquinado de piezas, pero no son de movimiento de la máquina (arranque y paro del husillo, cambio de herramienta, refrigerante, paro de programa, etc.). De esto se desprende que para operar y programar este tipo de máquinas se requieren conocimientos básicos en operaciones de mecanizado en equipo convencional, conocimientos elementales de matemática, dibujo técnico y manejo de instrumentos de medición.

En la actualidad el uso de programas CAD (diseño asistido por computadora) y CAM (fabricación asistida por computadora) es un complemento casi obligado de toda máquina CNC, por lo que, generalmente, la manufactura de una pieza implica la combinación de tres tipos de software:

  1. CAD: realiza el diseño de la pieza.
  2. CAM: calcula los desplazamientos de los ejes para el maquinado de la pieza y agrega las velocidades de avance, velocidades de giros y diferentes herramientas de corte.
  3. Software de control (incluido con la máquina): recibe las instrucciones del CAM y ejecuta las órdenes de desplazamiento de las partes móviles de la fresadora de acuerdo con dichas instrucciones.
  4. Las fresadoras CNC están adaptadas especialmente para el fresado de perfiles, cavidades, contornos de superficies y operaciones de tallado de dados, en las que se deben controlar simultáneamente dos o tres ejes de la mesa de fresado. Aunque, dependiendo de la complejidad de la máquina y de la programación efectuada, las fresadoras CNC pueden funcionar de manera automática, normalmente se necesita un operador para cambiar las fresas, así como para montar y desmontar las piezas de trabajo.Entre las industrias que emplean habitualmente fresadoras CNC se encuentran la automovilística (diseño de bloques de motor, moldes y componentes diversos), la aeroespacial (turbinas de aviones) y la electrónica (elaboración de moldes y prototipos), además de las dedicadas a la fabricación de maquinaria, instrumental y componentes eléctricos.

Desde que Ford inventó el Modelo T y con él la era de la producción en serie, la oferta de productos del sector manufacturero ha estado signada por sus limitaciones de innovación, o por los alcances en tecnología, o por los planes de lanzamiento en función de sus intereses de mercadotecnia, plan de negocio, rentabilidad o expectativas de éxito de los productos.

La frase cinematográfica (Field of dreams, 1989), “If you build, they come”, se podía aplicar hasta hace poco a la industria manufacturera donde el consumidor era un espectador pasivo de la oferta que los fabricantes llevaban al anaquel. Pero esa época está a punto de terminar o al menos equilibrarse.

Uno de los signos que traerá la Cuarta Revolución Industrial, con los alcances de la inteligencia artificial, impresión 3D, máquenas interconectadas con capacidad de aprender y procesar grandes cantidades de información, será la hiper personalización del consumo.

A diferencia de las generaciones ‘boomers’ o equis, los consumidores millennials y centennials no tienen fidelidad por marcas, tienen acceso a grandes cantidades de información para comprar opciones y buscan cada vez más la individualización de experiencias, con lo que están cambiando la ecuación en la oferta y la demanda.

Un estudio de McKenzie decía que “la verdadera personalización pone el poder en manos del consumidor”. Advertía de la necesidad de “relajar el enfoque en la personalización hasta que hubiera una forma de cumplirlo”.

Sin embargo, las compañías no han frenado su búsqueda de nuevas opciones, como se podrá leer en nuestro artículo de portada (octubre 2019), sino que están acelerando el proceso para llegar ahí.

Y hay buenas razones para ello: Si bien ambos factores -tecnología y consumo- obligan al replantamiento de los esquemas clásicos de negocios de la manufactura, también hay buenas fuentes de previsión para que el cumplimiento de la oferta ante la súper atomización de la demanda pueda cumplirse: los avances en la obtención del perfil genético de los consumidores, su comportamiento en redes sociales, la data de actividades, relaciones, propensiones o gustos generarán información suficiente para previsualizar y ofrecer al consumidor de forma delicada, personal y simplificada, productos manufacturados a la medida.

La meta es clara y dependerá de la demanda que las fábricas aceleren o frenen su paso para satisfacerlo. Sin embargo, más temprano que tarde el mercado manufacturero llegará ahí.

La vigencia de las empresas dependerá de la innovación -tecnológica y de entendimiento del consumidor y sus nuevas dinámicas de demanda-. El proceso para llegar es todavía incierto, pero no falta tanto como para postergar su análisis y la búsqueda de nuevos modelos de negocio para aprovechar esas nuevas directrices. ¿Cuánto le falta a su empresa para llegar ahí?

Fuente: https://manufactura.mx/industrias/2019/10/07/quien-tiene-el-poder

El mecanizado por electroerosión es un proceso no convencional de mecanizado de metales por el cual una herramienta descarga miles de chispas sobre una pieza metálica. Este proceso es aplicable a piezas resistentes a los procesos comunes de mecanizado, a condición de que sean eléctricamente conductoras, por lo general, no ferrosas, del tipo de acero, titanio, super aleaciones, latón y muchos otros metales. En lugar de cortar el material, la electroerosión lo funde o vaporiza, generando una línea de corte sumamente precisa y con escasa formación de escoria. La aceptación general del mecanizado por electroerosión ha posibilitado no sólo una multiplicidad de aplicaciones, sino también ha dado lugar a una oferta que abarca una diversidad de máquinas electroerosionadoras.

En los comienzos, todas las máquinas para electroerosión se basaban en el método más antiguo, es decir, el de electroerosión por penetración. No obstante, con el advenimiento del control numérico computarizado (CNC) a fines de los ’70, la aparición de las primeras máquinas para electroerosión por hilo las fue ubicando en el lugar de privilegio del que gozan actualmente, aunque ambos tipos de máquinas son hoy completamente automatizados y cuentan con CNC.

De acuerdo con el fundamento diferente de los procesos de electroerosión por penetración y por hilo, las máquinas que emplean cada uno de estos procesos pueden obtener una cavidad tridimensional mediante un electrodo (penetración) o bien cortar la pieza según parámetros introducidos en el equipo de CNC (hilo).
Sin embargo, a pesar de sus diferencias que también incluyen la naturaleza del fluido dieléctrico y el número de ejes, las máquinas para electroerosión responden, en general, a un diseño que comprende los mismos componentes básicos. Veamos cuáles son en el siguiente esquema típico.


En la figura de arriba observamos, en primer lugar, el sistema de ejes que responde a la norma alemana VDI 3402, la cual define los distintos ejes de cualquier máquina para electroerosión.

También podemos apreciar un armazón general que, en algunos casos como el de la figura, aunque no necesariamente, adopta la conocida forma de “cuello de cisne” que ya hemos visto en otro tipo de máquinas. Dicho armazón constituye el esqueleto de la máquina, tiene que ser robusto y debe servir de sujeción para la mesa de trabajo, el tanque de dieléctrico, el generador de potencia y todos los elementos y dispositivos necesarios para el proceso de electroerosión, por ejemplo, los que se emplean para accionar los sistemas de portaelectrodo (penetración) o de movimiento y guía del hilo (hilo).

Una parte integrante de ese armazón es la columna, donde normalmente se encuentra alojado el generador de potencia o generador de impulsos. Este componente es esencial para cualquier máquina electroerosionadora, por cuanto es el que origina el diferencial eléctrico entre el electrodo y la pieza mediante una descarga en forma de pulsos de duración efímera, ya que puede producir varias decenas de miles de pulsos por segundo. Existen varios tipos, pero, por lo común, el generador de potencia está compuesto por:

  • un circuito
  • un sistema de encendido y apagado transistorizado de alta frecuencia
  • una resistencia o equipo de protección eléctrica
  • un estabilizador oscilante

Las máquinas más modernas no incorporan el generador de potencia en el armazón, sino en un gabinete aparte junto al armazón. Esto obedece a razones de diseño y al hecho de mantener la máquina libre de fuentes de calor que podrían producir distorsiones en las partes mecánicas.

Otro componente fundamental que distinguimos en la figura es el cabezal, que gobierna el sistema de mecanizado automático, posibilitando los movimientos sobre los ejes, y cuyas características son diferentes según el tipo de electroerosión empleado. En el sistema por penetración, el cabezal aloja los servomotores de control que mantienen la separación o gap constante y que actúan sobre el portaelectrodos para asegurar el desplazamiento vertical del electrodo sobre el mismo eje. En el sistema por hilo, el cabezal aloja los motores de paso, ya que cuenta con un sistema de rodillos y boquillas por donde pasa el hilo y también cumple la función de tensionar el hilo.

La mesa de trabajo o mesa de fijación de la pieza es, como lo indica su nombre, la unidad en la que se monta la pieza para su mecanización. Dependiendo del diseño de la máquina, el elemento móvil puede ser esta mesa o bien el electrodo. Alrededor de la mesa de fijación se ubica el tanque de trabajo, que contiene el fluido dieléctrico y cuyo volumen depende del tamaño de la pieza y la potencia del generador de impulsos, pudiendo variar de unos 30 a 3.000 litros. En las máquinas por penetración, el fluido dieléctrico siempre cubre la pieza, mientras que en las máquinas por hilo la pieza puede o no estar sumergida totalmente y en ambos casos hay presencia permanente de chorros de fluido dieléctrico.

El tanque de trabajo descansa sobre la bancada, una pieza rígida que es la parte inferior del armazón y es en la que se encuentran las guías de los ejes X e Y, reguladas por servomotores.


Además de todos los componentes que acabamos de mencionar, las electroerosionadoras, tanto por penetración como por hilo cuentan con otros dispositivos esenciales, como la unidad de filtrado que vemos en la figura de arriba. Esta unidad limpia el fluido dieléctrico de los residuos del material arrancado durante el proceso de electroerosión. Está provista de un sistema de filtrado y enfriamiento del dieléctrico, como así también de los dispositivos necesarios para asegurar la circulación del dieléctrico, impulsado por bombas hidráulicas, hacia el tanque de trabajo y ejecutar los distintos tipos de limpieza de la zona de trabajo.

Por otra parte, el control numérico computarizado (CNC) instalado en la gran mayoría de las máquinas actuales permite elevados niveles de automatización, lo que asegura una mínima intervención humana. Su sofisticada red de transmisión de datos se conecta con la computadora, la cual transmite el programa de corte, previamente elaborado, a través de una interfaz.

Finalmente, las máquinas para electroerosión por perforación, también provistas con CNC, se están imponiendo lentamente en el trabajo de producción que comprende la perforación de orificios de pequeño diámetro, particularmente para aspas de turbinas, inyectores de combustible, conductos de venteo de moldes plásticos o de enfriamiento en herramientas de corte, etc. Si bien las máquinas de electroerosión por penetración también pueden perforar orificios, son mucho más lentas que estas perforadoras diseñadas específicamente para esta función.

El principio de funcionamiento de una máquina para electroerosión por perforación es el mismo que en el sistema por penetración. Una chispa producida en un gap entre el electrodo y la pieza, y cuya dimensión es mantenida por un servomotor, erosiona un material conductor. Como el electrodo es hueco, el dieléctrico fluye a través de este y la rotación ayuda a producir la concentricidad y facilitar el proceso de limpieza. Puesto que las partículas removidas son conductoras, es esencial eliminarlas del orificio perforado para evitar cortocircuitos entre el electrodo y la pieza. Si se produce un cortocircuito, el servomotor retrae el electrodo, fija nuevamente la correcta dimensión del gap y se inicia nuevamente el proceso.

Fuente: https://www.demaquinasyherramientas.com/maquinas/maquinas-para-electroerosion

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